martes, 22 de septiembre de 2015

Libros rodantes



Mary Titcomb era empleada de la Biblioteca del condado de Washington, en Maryland, Estados Unidos. Dicho recinto abrió sus puertas en 1901.

Amante de los libros y deseosa de que la gente pudiera tener acceso a la lectura de forma fácil, se le ocurrió la idea de montar una pequeña biblioteca sobre una carreta llevada por dos caballos. Joshua Thomas, el conductor, recorrió miles de kilómetros con el ingenioso invento por varios condados del país. Al principio, la extraña biblioteca fue vista con rareza por parte de la gente, pero, al sentirse atraídos por el colorido de la carreta (que Mary hizo pintar de rojo), poco a poco se acercaban a tomar los libros y disfrutarlos.

Esta emprendedora mujer es la pionera de las bibliotecas rodantes que tuvieron luego un enorme éxito en todo el mundo. Hoy día podemos apreciar este tipo de lectura al aire libre sobre autobuses, camionetas y hasta bicis o autos. 

No cabe duda que la creatividad y un poco de voluntad crean grandes cosas.

Otros ejemplos de bibliotecas rodantes:


• Rusia, 1919


• Blount County, Tennessee, 1943


• Nueva York, 1950


• Australia, 1950


• Madrid, 1953